Hoy celebramos la capitalidad de nuestra provincia para mostrarle al mundo las virtudes de un trabajo concatenado que expresa armonía y visibiliza las manos de quienes trabajan estas tierras y el amor que le imprimen. El resultado es una mesa llena de nutrientes, sabores e historia mendocina.
El vino es un recurso noble, una trama y fuente de trabajo. La inspiración y el hilo conductor para saborear y también saber el proceso que generó el alimento que estamos degustando.
¿Por qué Mendoza es Capital?
Hoy Mendoza se consagra como Capital Iberoamericana de la Armonía Gastronómica por el valor que emana del trabajo que se realiza en esta tierra mediante la selección de cada ingrediente, rescatando y valorizando sus costumbres. Nuestra provincia es un destino donde la naturaleza y la cultura se fusionan, dando como resultado una gastronomía identitaria de alta cocina.
Paralelamente, Mendoza es reconocida a nivel global por su excelencia en el sector enoturístico. Este posicionamiento es avalado por la Academia Ibeoroamericana de Gastronomía y la Academia Argentina de Gastronomía, destacando la excelencia gastronómica y ponderando el vino como alimento.
Objetivos promovidos por la Academia Iberoamericana de Gastronomía
Sostenibilidad: adoptar o promover medidas para reducir el impacto ambiental de las actividades culinarias, vitivinícolas y enoturísticas tales como el uso eficiente de los recursos naturales, el aprovechamiento integral de los alimentos, la minimización de los residuos y las emisiones de gases, el fomento de la economía circular y el apoyo a los productores locales.
Saludable: garantizar o impulsar la excelencia en los alimentos, la oferta culinaria y enológica que se ofrece al público, tanto en su elaboración, presentación y servicio, como en su selección y tratamiento de los ingredientes. Además, asegurar su trazabilidad, su seguridad alimentaria y su adecuación a las normas sanitarias vigentes. Asimismo, potenciar el valor del vino como alimento cultural, histórico y patrimonial de Iberoamérica, así como su contribución a la salud, al bienestar y a la felicidad de las personas.
Solidaria: valorar y proteger el conjunto los hacedores de la gastronomía y vitivinicultura iberoamericana, la misma refleja la riqueza y variedad de sus productos, lugares, técnicas, tradiciones y saberes ancestrales. Asimismo, promover el diálogo intercultural y el respeto mutuo entre las diferentes expresiones culinarias y enológicas de cada región. Además, contribuir a la seguridad alimentaria y al derecho a una alimentación adecuada para todas las personas.
Satisfactoria: impulsar la creatividad y la experimentación en la gastronomía y el vino iberoamericanos, incorporando nuevos productos, técnicas, sabores y tendencias que enriquezcan su oferta y que respondan a las demandas y expectativas de los consumidores actuales. Para ello, se recomienda conocer las características de cada vino, así como las reglas básicas del maridaje que permitan realzar los sabores, aromas, texturas y armonicen la experiencia de los sentidos.