Bodega La Rural

En 1885, Felipe Rutini -fiel al linaje italiano de su familia- mandó construir una bodega a la que llamó “La Rural”. Ese mismo año, con la llegada del ferrocarril a la provincia, el transporte del vino que hasta ese momento se hacía en carretas logró agilizarse dando gran fuerza a la industria.

 

Actualmente, Bodega La Rural es uno de los más importantes productores de vinos argentinos de alta calidad en el mundo. En los 90, la bodega fue renovada por completo incorporándosele tecnología sin perder su diseño y concepción propios del siglo XIX. Esta combinación única entre tradición y modernidad se ve reflejada en cada uno de sus rincones.

El impactante Museo del Vino es una joya arquitectónica en que se conservan más de 4.500 piezas originales que testimonian el ciclo productivo de la enología nacional, a través de las décadas.

Dentro del predio de la finca se encuentra el Museo del Vino, en la que fuera casa familiar de don Felipe Rutini, fundador de Bodega La Rural en 1885.

El resultado de contar con esta prestigiosa colección, única en América Latina y una de las más importantes del mundo en su tipo, es fruto de la tarea emprendida por el doctor Rodolfo Reina Rutini -nieto de don Felipe- quien durante años dedicara sus esfuerzos a reunir todas las herramientas, utensilios e instrumentos relacionados con la vitivinicultura local que se hallaban en desuso u olvidados.

El valioso testimonio de la época en que se gestó la industria vitivinícola nacional continúa vivo en estos objetos que, de hecho, constituyen un homenaje permanente a todas aquellas personas que forjaron el origen de la actividad.

La colección del Museo del Vino suma 4.500 piezas originales y está conformada por máquinas, carruajes, lagares, prensas, herramientas de tonelero, recipientes de barro cocido de la época colonial, vasijas de roble, bombas y moledoras, libros, catálogos enológicos, elementos de laboratorio, botellas y un sinnúmero de otros enseres.

El lugar es visitado a diario por cientos de turistas argentinos y extranjeros, estimándose que anualmente se supera la cifra de 66 mil visitantes. En un cálido wine bar -al que rodean antiguas y enormes cubas de roble- se pueden degustar las diferentes líneas de vinos de la bodega. También en ese espacio abierto al público suelen organizarse muestras artísticas, en especial de creadores locales.