En 1919, un niño de 14 años llegó solo en barco al puerto de Buenos Aires. Era el italiano José Eduardo Crotta. Había nacido el 1 de junio de 1905 en la región de Lombardía, en una aldea llamada “La Crotta”, en la provincia de Pavia.
Su historia es la de miles de inmigrantes italianos que llegaron a fines del siglo XIX y principios del XX a la Argentina, muchos de los cuales escribieron la historia del vino argentino.
En la década del ’30, junto a su esposa, la austríaca Wilhelmina Ritz, a quien en Argentina llamaban Guillermina, decidieron levantar su propia bodega en la capital del vino argentino: la provincia de Mendoza. Sus nietos Claudia, Carlos y Carolina continúan produciendo vinos de la mejor calidad, manteniendo la tradición y el prestigio logrado durante tantos años de esfuerzo y dedicación. Hoy la bodega sigue siendo célebre por sus vinos generosos como el Moscato, Oporto, Marsala, y sus Mistelas. Pero también por sus vinos tranquilos, en sus líneas de varietales y bivarietales y homenajea a las doradas tardes del otoño mendocino con su Estilo Tardío.
“Hoy podemos afirmar que quienes hacemos los vinos de Bodegas y Viñedos Crotta, llevamos en nuestro espíritu un gran orgullo por ser parte de la historia de nuestra Bebida Nacional”
La bodega ofrece degustación de sus vinos y almuerzos con reserva previa.