Recorrer el camino hasta la bodega es en sí misma una experiencia muy placentera. El paisaje circundante es el típico de la zona rural mendocina, con plantaciones de viñas, olivos, almendros, cerezos y cultivos hortícolas, cuyas formas y colores se ven realzados por la silueta y tonalidades cambiantes de la imponente Cordillera de los Andes.
La bodega invita a disfrutar de una excelente y distendida propuesta gastronómica, maridada con sus vinos en su Restaurant Patio Tempus.