Bodega Salentein

La bodega está ubicada a una altura de 1.200 metros, justo en el centro de los viñedos. Más de 49 hectáreas de hábitat desértico autóctono fueron conservadas, y forman parte del paisaje cotidiano de la bodega. El horizonte occidental está dominado por los cercanos Andes nevados, que se elevan a más de 6.100 metros.

 

La magnífica bodega fue diseñada teniendo en cuenta dos aspectos: la forma y la función. La forma en cruz facilita un manejo cuidadoso de las uvas y del vino, al tiempo que permite reducir el camino que tanto las frutas como su producto recorren a lo largo de las distintas etapas de elaboración. Cada ala constituye en sí misma una pequeña bodega con dos niveles.

En el primero, tanques de acero inoxidable y cubas de roble francés posibilitan la fermentación y el almacenamiento. En el nivel subterráneo, en tanto, el vino es añejado en barricas de roble. Ambos pisos permiten que el líquido circule de los tanques a las barricas a través de un sistema tradicional de transferencia por gravedad.

Las cuatro alas convergen en una cámara central circular, similar a un anfiteatro, construida con los templos clásicos de la antigüedad como inspiración.

La Cava: Las bodegas subterráneas se encuentran a nueve metros bajo tierra y a una temperatura constante de 12°C, y con una humedad ambiente del 80 %. El vino se añeja en pequeñas barricas de roble francés de 225 litros cada una

Salas de Degustación: Tres salas de degustación —una central y dos laterales, ubicadas en el subsuelo, en el mismo nivel de las cavas—, con mesas de travertino, piedra maciza y bloques de más de dos toneladas extraídos de una cantera sanjuanina.

Sala Primus: La belleza y la función convergen en la Sala Primus. Esta exclusiva sala es única en su tipo en el país y contiene 12 toneles de roble francés.