La casona principal, construida en 1890, ha sido cuidadosamente restaurada para preservar su esencia histórica, destacando elementos como techos altos, pisos de madera y amplias galerías que ofrecen vistas panorámicas a los viñedos y olivares centenarios que la rodean.
La arquitectura de la posada refleja el estilo colonial español, con detalles como arcos, columnas y paredes de adobe que contribuyen a mantener una temperatura agradable en su interior. Las habitaciones, decoradas con mobiliario clásico y detalles contemporáneos, brindan un ambiente acogedor y elegante. Los espacios comunes, como el salón y el comedor, están adornados con piezas de arte regional y antigüedades que narran la historia de la región.
El entorno natural complementa la arquitectura, con jardines cuidadosamente diseñados que invitan al descanso y la contemplación. La piscina al aire libre, ubicada estratégicamente, permite disfrutar del paisaje mientras se relaja. La combinación de arquitectura histórica y entorno natural crea una atmósfera única que transporta a los huéspedes a una época pasada, sin renunciar al confort contemporáneo.
La Posada Verde Oliva no solo ofrece una experiencia de hospedaje, sino también una inmersión en la historia y cultura de Mendoza.