Situada al pie de la majestuosa cordillera de los Andes, sus olivos crecen en suelos excepcionales, beneficiados por condiciones climáticas ideales. Mediante un proceso cuidadoso y artesanal, cada etapa de producción se realiza con dedicación, obteniendo aceites que capturan la esencia del terruño mendocino.
La calidad de sus aceites ha sido reconocida a nivel nacional e internacional, consolidando a la Olivícola Centenario como un referente del sector olivícola.
Hoy en día, la Olivícola Centenario sigue siendo un símbolo de tradición y excelencia, ofreciendo productos que encarnan la pasión y el esmero que han definido a la empresa desde sus inicios, manteniendo vivo el legado familiar que la distingue.
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