Atravesar el portón de “rosas” creado por el escultor y descubrir una forma de vida dedicada al arte, donde la naturaleza y la arquitectura se integran armoniosamente, donde los personajes alados van abriéndonos el camino y el sonido de la música clásica que Rosas elegía, el aroma de su soldadura y el vivir un día en su mundo hace que el visitante cuando salga ya no sea el mismo.