En su interior, la propiedad ofrece un ambiente cálido y acogedor con una decoración rústica que fusiona comodidad y estilo. Con ocho habitaciones únicas, cada una está pensada para brindar un refugio relajante, rodeado de viñedos y la calma del campo.
La posada, aunque moderna en su concepto, mantiene una estructura que respeta la esencia de la arquitectura rural de la región, creando un espacio perfecto para descansar y desconectarse. La atención al detalle y la calidez de su personal permiten que cada huésped se sienta como en casa
Además, la ubicación es ideal para explorar la región vinícola de Mendoza, con fácil acceso a las principales bodegas y actividades al aire libre, pero manteniendo una atmósfera serena lejos del bullicio.