Cada olivo tiene una historia que contar, una conexión única con la tierra y el tiempo. En La Guardería, el legado es protegido, los olivos son recuperados y replantados, evitando que queden en el olvido. En esta finca, los árboles son recibidos en un nuevo hogar donde pueden ser cuidados, florecer y continuar ofreciendo su fruto.
Este proyecto representa un tributo a la olivicultura mendocina, a la resiliencia de los olivos y a la fuerza regenerativa de la tierra. Al apoyar a La Guardería, se forma parte de una iniciativa destinada a preservar y revalorizar el patrimonio natural, promoviendo un futuro más sostenible.