El otoño trae a Mendoza magia y color: las arboledas de álamos, plátanos y tilos, además de los viñedos se tiñen de ocres, amarillos y rojizos. Los caminos rurales y también las calles de la ciudad son un espectáculo. Con temperaturas agradables, esta estación es perfecta para planes al aire libre y experiencias que combinan naturaleza, aventura y tradición.

Las cabalgatas por la montaña, las travesías en 4×4, la pesca en los embalses o las caminatas por senderos de altura encuentran en el otoño su mejor momento. También es tiempo de descubrir los sabores de la provincia en los puestos de montaña y del desierto lavallino, donde subsisten costumbres ancestrales y tradiciones.

Mendoza en otoño es calma, color y calidez bajo cielos diáfanos.